Aokigahara (青木ヶ原), El bosque de los suicidios

Imagina lo siguiente: Te encuentras por la base del Monte Fuji, la montaña más emblématica de todo Japón. Te encuentras caminando por un lugar que te ofrece una de las mejores vistas del monte Fuji que podrías tener. Te vas adentrando en un bosque cada vez más espeso, bañado en una neblina y que por alguna razon inspira cierto sentimiento... Quizá no puedas saber cuál pero causa una sensación muy particular...

Al continuar caminando de pronto empiezas a ver una serie de letreros cafés con tipografia blanca. Tú probablemente no sabes que dicen... Puede que no les des importancia, sin embargo deberías.

¡La vida es algo maravilloso! ¡Por favor reconsidera esto! ¡Piensa en tu familia! Estas son algunas de las cosas que ponen en estos letreros... De esta manera sabes que te encuentras en el bosque de Aokigahara...

Aokigahara (Mar de árboles) es actualmente el segundo lugar más popular para suicidarse, sólo detrás del Golden Gate Bridge de San Francisco.

La popularidad de este sitio para cometer el acto de quitarse la vida se le atribuye a la novela de 1960 Kuroi Jukai de Seichō Matsumoto, en la que la historia culminante cuando dos enamorados se suicidan en el bosque. Sin embargo la realidad es que existen historias de suicidio desde mucho tiempo antes de que se publicara esta novela, además de esto se rumora que era un sitio muy popular durante el siglo 19 para realizar Ubasute, básicamente abandonar a un miembro mayor de la familia cuando no podía mantenerse.

Sin embargo la popularidad de este lugar aumentó tras la publicación de Kuroi Jukai. Desde 1960 más de 500 cuerpos han sido encontrados en este bosque. De igual manera se cometen apróximadamente 30 suicidios exitosos por año. Sólo en el año 2002 se encontraron 78 cuerpos en el bosque de Aokigahara.

Por supuesto que estos son los cuerpos encontrados... Durante el año se organizan varias búsquedas por el bosque para encontrar cuerpos por la policia y por voluntarios de la localidad. Algo que resulta igualmente perturbante es que los voluntarios una vez que encuentran un cuerpo han de bajarlo cargando hasta la estación de policia de la localidad y después rifan, literalmente, quien de ellos tendrá que dormir con el cadaver en un cuarto especialmente diseñado para este fin con tal de garantizar que el espíritu del sujeto no vuelva del más allá.

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.- Johann Wolfgang Goethe

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